La historia del Ángel que frenó una peste en Roma

En estos tiempos que corren, con una pandemia azotando a buena parte del mundo y millones de personas, científicos, investigadores, religiosos y casi toda la comunidad en general buscando una solución a la misma, hay historias que se reflotan y parecen “venir al dedillo” para la ocasión.

Diariamente los peregrinos de todo el mundo son conducidos al Vaticano, como en una puesta en escena celestial, a través de una larga fila de estatuas de Ángeles que convergen en la Plaza San Pedro.

Poco antes de llegar a la misma es casi imposible no levantar la vista y observar un castillo que data del año 123 con una imponente imagen del Arcángel San Miguel en la cima.

Y en el año 590 fue el Papa Gregorio Magno quien, durante una procesión para orar por el fin de una peste que estaba diezmando la población romana, alzó la vista y observó la imagen del Arcángel San Miguel.

El Papa encabezaba una procesión que transportaba a la Salus Populi Romani, una imagen de la Virgen que se conserva en la actualidad en la Iglesia Santa María Maggiore.

Y Gregorio Magno al levantar la vista vio a San Miguel Arcángel limpiando su espada cubierta de sangre y envainándola en clara señal de la “tarea cumplida”.

No habían pasado 48 horas cuando de repente cesó de manera inexplicable para los médicos la cadena de contagio, y no muchos días después la peste comenzó a transformarse en un mal recuerdo…

Estudios posteriores hechos por los más prestigiosos analistas religiosos del mundo por entonces conocido, no pudieron arribar a ninguna respuesta “científica” para explicar el fin de la peste, pero desde ese momento y hasta nuestros días es una creencia generalizada entre la grey católica que esa estatua de San Miguel Arcángel fue la que asestó el golpe mortal a la peste reinante, quizás por una súplica del Papa Gregorio Magno, y terminó con el sufrimiento de aquellos que por entonces todavía quedaban con vida.

Hoy en día los romanos, aún con el temor de circular demasiado por las calles y estar expuestos al contagio del Coronavirus, pasan frente a la imagen del Arcángel San Miguel que fue reinaugurada en 1752 bajo el pontificado de Benedicto XIV y rezan por el fin de este momento de angustia que atraviesa el mundo.

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