Muchas veces los habitantes de los pueblos patagónicos, no muy grandes pero sí de una belleza poco común, deben explicar a sus interlocutores, mitad en broma y mitad en serio, que, por ejemplo los pingüinos no son animales hogareños ni andan por las calles como si fueran las mascotas de otras grandes ciudades.
Pero hay situaciones que se presentan con mucha mayor frecuencia de lo que se podría suponer y que representan el estereotipo de los habitantes de las grandes urbes que piensan que en esos pueblos patagónicos la gente todavía se desplaza en carros tirados por caballos como el principal medio de transporte.
Como ejemplo de esas situaciones casi jocosas está el caso de Paloma, que vive en la localidad chubutense de Gaiman, que hace poco recibió en su domicilio un correo con su dirección, que rezaba “la única casa de la calle, una bonita de color crema”. Menos mal que el cartero también es un vecino de Gaiman, porque de lo contrario quién sabe cuándo hubiese llegado el envío si es que alguna vez efectivamente lo hacía…
Parece un chiste pero es verídico. Es cierto que su casa es la única de la calle, pero como dirección es cuanto menos ambigua. El cartero no tenía muchas chances de equivocarse, pero esa dirección no figura en ninguna guía al menos del país.
A lo único que atinó Paloma es tomar una foto y tuitearla acompañando la foto con una frase que decía “tan de pueblo que duele…”
El tweet fue furor en las redes, al punto que se retuiteó casi 6000 veces y recibió poco menos de 100000 “me gusta”.
Se replicó en otras redes sociales pero con algunos graves errores, como asegurar que Gaiman es un “pintoresco pueblo con varias casas de té en la provincia de La Pampa”. Este comentario es difícil que provenga de un patagónico, pero sí seguramente viene de alguien que supone que la Argentina termina en la Avenida General Paz y más allá, la nada misma…
Por la repercusión de su publicación, Paloma se animó a contar algunas cosas de su querido pueblo, mostrándose jocosamente sorprendida de que los 100000 “me gusta” son casi veinte veces más que los 6000 habitantes que tiene Gaiman…
José Luis Venturino para El Portal de la Esperanza
