No es ninguna novedad que cientos o miles de científicos en todo el mundo dedicados al estudio del Espacio y los cuerpos celestes que lo habitan sueñan desde hace muchísimos años con encontrar formas de vida compatibles con las de nuestro planeta en Venus.
Investigadores de diversos países unidos en el logro de un descubrimiento histórico publicaron hace un par de meses en la prestigiosa revista Nature Astronomy que en la atmósfera de Venus hay una considerable cantidad de fosfina, un compuesto tóxico que acompaña al 97% de gas carbónico que forma la atmósfera del segundo planeta de sistema solar más cercano al Sol.
Y resulta ser que en nuestro planeta la fosfina es un compuesto inevitablemente ligado a la presencia de vida.
Si bien las capas de nubes que rodean Venus son hiperácidas y cubren la superficie venusina con una temperatura promedio de 470°C, a 60 km de altitud y por la presencia de fosfina las nubes son templadas, de alrededor de 30°C, y no se descarta que esas nubes puedan formarse muy cerca de la superficie del planeta y luego ascender, con lo cual no es descabellado, aunque por el momento algo apresurado, suponer que en esas nubes “templadas” podría existir alguna forma de vida de algún modo compatible con la de nuestro planeta.
El gas conocido en la Tierra como fosfina o fosfano es un elemento complejo, incoloro, con fuerte aroma a ajo, la mayoría de las veces inflamable y explosivo a temperatura muy levemente superior a la ambiente y, lo más importante de esta investigación y que daría la pauta de alguna forma de vida en variados estadíos probablemente con similitudes a los terráqueos, es que se forma de manera natural por la degradación natural propia de la materia orgánica.
Los científicos se muestran muy entusiasmados con el descubrimiento y esperan encontrar en no mucho tiempo más evidencias que prueben la existencia en Venus de alguna forma de vida en algo similar a las de nuestro querido y tan maltratado planeta Tierra.
José Luis Venturino para El Portal de la Esperanza