Ya lo decía el Hidalgo Don Quijote de la Mancha a su escudero y compañero de aventuras: “cosas vederes Sancho que non crederes…”
Y en materia de cosas por cierto extrañas, lo que sucede en la pequeña “aldea” conocida obviamente como “La Chiquita” es un claro ejemplo de la famosa frase.
Este minúsculo pueblo, que pertenece de acuerdo al catastro al partido bonaerense de Villarino, ostenta el pomposo título de ser la playa más pequeña, solitaria y quizás hermosa del litoral atlántico de la República Argentina.
Se trata de una localidad, que por lo menos tiene nombre propio y que se encuentra a casi 800 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
De acuerdo a los datos del último censo nacional, viven en La Chiquita menos de diez habitantes, exactamente seis durante casi todo el año, de manera estable.
La Chiquita tiene un balneario con muy amplias playas casi vírgenes que son ideales, como no podría ser de otra manera, ideales para relajarse…
Su litoral costero abarca una longitud de 24 km. y hay apenas un muy pequeño puñado de casitas edificadas sobre un médano.
Como casi no podía ser de otra manera, no hay tendido de red eléctrica, y “todo el pueblo” cuenta con un sistema de paneles solares, relativamente comunes en esa región, que brinda electricidad a los habitantes de 20 a 24 hs. En La Chiquita el resto de la noche se ilumina con las estrellas y es verdaderamente una experiencia casi mágica.
Durante la temporada de verano, el pueblo se transforma en “una romería” ya que no son pocas las familias que eligen el lugar para pasar algunos días de descanso.
Aunque resulta algo difícil de creer, La Chiquita ofrece a los visitantes un camping, baños públicos, un teléfono público, servicio de guardavidas, sala de enfermería y hasta una muy completa proveeduría.
Realmente es un paraje que, de ser posible, es toda una aventura visitar…
(fotografía gentileza de “www.eldiario de Carlos Paz.com.ar”)
