La mayoría visitó reconocidas parrillas. Trudeau optó por un plan diferente, en Colegiales. Cuáles fueron los platos más pedidos.
Angela Merkel, en una parrilla de Palermo.
Los presidentes y primeros ministros más poderosos del mundo, que estuvieron en la Argentina por el G20, no dejaron escapar la oportunidad de probar los sabores del arte culinario nacional. Entre reuniones, protocolos, hoteles y entrevistas, los líderes se hicieron lugar para disfrutar, en algunos casos por primera vez, los productos «argentos» por excelencia: el asado y el vino. En un país que le rinde tributo a la carne y a la buena bebida, era imposible que los políticos más importantes del globo no dejaran espacios libres en sus agendas para degustar aquello por lo que la Argentina es reconocida a nivel global.
Cada uno eligió el lugar que más encajaba con sus gustos. El más distinto fue el primer ministro de Canada, Justin Trudeau, quien prefirió ir a Colegiales para pasar una velada relajada junto a su esposa Sophie Grégoire.La pareja fue a Anafe, un restaurante ubicado en un octavo piso frente al Mercado de Pulgas, donde se ofrece un menú contemporáneo por pasos. Allí, en un ambiente íntimo a puertas cerradas, degustaron un paté de la casa, carpaccio de zucchini, tartar de bife con aires asiáticos, hongos shitake caramelizados con castañas de cajú, pavlova con limón y frutillas, y mousse de chocolate y tahini.
Algunos mandatarios optaron la carne y los platos tradicionales típicos de nuestro país, como la alemana Angela Merkel, quien no quiso dejar la Argentina sin pasar por la parrilla Don Julio, ubicada en Gurruchaga y Guatemala.
Hubo otros mandatarios que también eligieron la carne criolla. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, estuvo el jueves en la parrilla Cabaña Las Lilas, junto a una comitiva de 50 personas. Los ubicaron en la terraza, comieron ojo de bife y tomaron vinos malbec.
Emmanuel Macron, en una parrilla de Puerto Madero (Gentileza Cabaña Las Lilas)